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jueves, 15 de marzo de 2012
Los perros de la calle son sagrados
En la India, los monos, las vacas, las ratas, los elefantes (entre otros tantos animales), son sagrados. La serpiente es sagrada... Los hindúes en general, respetan a todos los animales, por eso muchos de ellos son vegetarianos.
En Argentina, no hay animal sagrado.
Queremos a los perros, a los caballos, a las vacas, pero no son sagrados. Los montamos, los matamos, los abandonamos. Y pregunto, si no podemos respetar un perro o un gato ¿Podemos respetar a un ser humano? O peor. ¿Podemos respetarnos a nosotros mismos?Lejos de una intención retórica o una posición "hippie" me pregunto: ¿si no podemos cuidar una plantita, nos podemos cuidar a nosotros mismos?
Está estudiado (lo vi en Discovery Channel) que hay un vinculo entre maltratar animales de chico y convertirse en un asesino de grande. Lo estudiaron con asesinos seriales (o cereales) y todos tenían esto en común. Y yo lo creo. Si de pequeños somos capaces de patear un gato hasta hacerlo volar unos metros, de prender fuego un perro ¿qué nos impedirá de adultos golpear o lastimar a otro ser humano?
¿Cómo hacer que un animal sea sagrado? La respuesta histórica es la religión, la iglesia. Es la única institución (o al menos la más vieja) que nos ha hecho hacer creer en cosas más allá de nuestra racionalidad. Pero las religiones son -literalmente- prehistóricas. ¿Pueden ser útiles (no rentables, verdaderamente útiles, orgánicas a la sociedad) en 2012, cuándo son algo que viene desde hace más de 30.000 años? Evolucionaron muchísimo, obvio. Pero cuánto falta para que los seres humanos dejemos de creer en las "religiones" tal cual las conocemos? El escepticismo ya está en todos lados y se expande. Hoy es más útil creer en un club de descuentos, en un club de fútbol o en una marca de zapatillas que en la iglesia. Tan atrasados quedaron. Ya la religión tiene que cambiar de nombre, de creencias, de relatos, de representantes. ¿Este atraso será culpa de la eterna oposición entre la fe, la religión, la iglesia y la ciencia? Hay cosas que ya es hora de empezar a creer. Y no hablo de la virgen María.
Volviendo a la Argentina. País mestizo. País cuzco si los hay. ¿Qué pasaría si empezamos a creer en los perros callejeros? Si los empezamos a respetar. Si empezamos a aprender de ellos. Si nos empiezan a enseñar a curar y a cuidar? ¿Y si se transforman en las ovejas que nos permitan volver a ser pastores? Yo creo que rápidamente nos despertarían del sueño mercantil y nos fijarían la vista en lo realmente importante.
Son la compañía del solitario, del desesperado, del abandonado, del débil. Son la compañía del héroe, nunca del villano.
Algún día pasate un rato mirando alguno y pensalo.
Etiquetas:
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